Para las empresas mexicanas, la norma nunca supuso un gran problema, pues las autoridades estadounidenses la ignoraban en gran medida, especialmente a lo largo de una frontera en la que las culturas siempre se habían mezclado. Pero para el gobierno de Donald Trump, se trata de un punto crítico de seguridad vial que ha permanecido demasiado tiempo sin abordarse. ¿El asunto? El inglés.

El presidente Trump ha ejercido una inmensa presión sobre México, no solo mediante amenazas de aranceles y de intervención militar, sino también a través de la industria del transporte por carretera , que mantiene el flujo comercial de miles de millones de dólares entre Estados Unidos y su mayor socio comercial.

En abril, no mucho después de designar el inglés como lengua oficial de Estados Unidos, Trump

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