Barcelona Por segundo domingo consecutivo, Pere Milla desató el éxtasis entre los aficionados blanquiazules. En el País Vasco, el icónico delantero leridano, con peines de cantante de culto, volvió a ver portería y en pocos minutos de partido declaró el estado de felicidad al Espanyol, que tuvo a la Real Sociedad contra las cuerdas en una primera hora de juego brillante. Fue efímero porque un accidente en defensa le dio la vuelta todo en un duelo de emociones fuertes que dejó con la miel los labios los de Manolo González, que solo se llevaron un punto de su visita a la Real Sociedad.
La tarde en San Sebastián arrancó cargada de sorpresas. En la presencia de Alan Pace al palco se sumó la presentación del nuevo esponsor principal del Espanyol, que aún no se había anunciado, y que es, de