Hasta la década del sesenta del siglo pasado se solía cantar en todas las Américas este himno creado en 1931 por el gran compositor argentino de música popular Rodolfo Sciammarella. Lo hizo con ocasión del señalamiento del 14 de abril como Día de las Américas.

En las escuelas donde se le difundía con frecuencia, los niños de entonces incorporaban en su haber intelectivo con esta canción el mensaje que su compositor había querido difundir: la hermandad y la solidaridad de los pueblos del continente americano, valores inherentes a su soberanía relievada en el verso del estribillo: “Son hermanos soberanos de la libertad”. Quedaban, por lo tanto, erradicados el bulling o la prepotencia a la que se inclinan ciertos hermanos más grandes en sus relaciones con los hermanos más chicos, invocando c

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