La rumba en la concurrida Avenida Primero de Mayo parecía una más del fin de semana, pero detrás de la puerta de un supuesto “sindicato”, la ley se estaba pasando por la faja. Lo que las autoridades encontraron adentro dejó a todos con la boca abierta: una fiesta clandestina donde los protagonistas eran menores de edad rodeados de trago, drogas y armas.

En un operativo que les aguó la fiesta a los irresponsables, funcionarios de la Secretaría de Seguridad cayeron de sorpresa al lugar y destaparon la olla podrida. En Q’HUBO le contamos los detalles.

Al ingresar al establecimiento, que se camuflaba con un letrero de sindicato para pasar de agache, los uniformados se encontraron con un panorama de no creer. En plena fiesta y sin ningún tipo de control, había más de 20 menores de edad cons

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