Era todo o nada. Bruce Springsteen se había hecho ya un nombre en el circuito del rock neoyorquino a través de dos álbumes bien acogidos por la crítica, 'Greetings From Asbury Park, N.J.' (1972) y 'The Wild, The Innocent & The E Street Shuffle' (1973), pero el éxito y la popularidad se le resistían. Para colmo de males Clive Davis, el ejecutivo por el que se había animado a firmar con Columbia Records, acababa de abandonar el sello discográfico. Así que el 'Boss' veía su tercer LP como una última oportunidad, la última bala de un rockero que había nacido para agitar a las masas.
Bajo toda esa presión se gestó 'Born To Run', el álbum que cumple medio siglo y que cambió para siempre la carrera del músico de Nueva Jersey, convirtiéndolo en la voz de una generación, que cantó la frustración y