La trampa de la segunda etapa de la 80ª Vuelta a España no estaba en el exigente final de Limone Piemonte, sino a 26,3 kilómetros de la meta en una rotonda que, combinada con la lluvia, mandó a más de una veintena de ciclistas al suelo.
Entre los afectados se encontraba el gran favorito a la victoria final en la Vuelta, el danés Jonas Vingegaard (Visma-Lease a Bike), aunque terminó anotándose el triunfo parcial y vistiéndose por primera vez de rojo.