El Plan director de la Generalitat para poner en marcha la operatividad plena de la Hacienda catalana consta de cuatro fases que se prolongan al menos cinco años. La financiación singular no está a la vuelta de la esquina y los obstáculos no son menores. Sánchez firma casi todo lo que sus socios le ponen encima de la mesa para seguir en el poder como si su voluntad fuera todopoderosa. De momento, su compromiso con los separatistas tendrá que pasar el cedazo del Congreso para modificaciones legales imprescindibles antes de gestionar por completo el IRPF, labor para la que la Generalitat está muy lejos siquiera de contar con los medios humanos y materiales imprescindibles. Al presidente no le gusta depender de un Legislativo no sometido, en el que no cuenta con la mayoría, pero es lo que tie
El cupo catalán tendrá que esperar

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