El sinuoso camino por el que Carlos Ramón González logró que la dictadura de Daniel Ortega en Nicaragua lo declarara perseguido político y le diera un asilo internacional sigue dejando muchas preguntas pendientes, más allá de la aparente complicidad de funcionarios del gobierno de Gustavo Petro para facilitar su evasión de la justicia.
González fue hasta el año pasado el hombre fuerte de la Casa de Nariño. Amigo de Petro desde los tiempos de la guerrilla del M-19 , en los últimos 30 años se consolidó también como un poder político en la sombra que decidía sobre avales y financiaciones de campañas, primero en la AD-M19 y luego en el partido de los Verdes. Todo esto mientras sus provechosos negocios con diferentes administraciones en todo el país, especialmente en el ramo de los comedores c