En verano no comemos igual que en invierno. El calor nos pide platos más ligeros , más frescos y fáciles de digerir. Las sopas calientes y los guisos contundentes pasan a un segundo plano y los sustituimos por ensaladas y platos rápidos , de esos que no piden muchas horas en la cocina. El cuerpo lo agradece, pero también ocurre algo curioso: dejamos de lado ingredientes que son básicos el resto del año, como las legumbres. Ya son muchos años los que los nutricionistas nos llevan avisando de que las legumbres son el alimento del futuro . Una fuente de proteínas y fibra versátil y, sobre todo, muy económica. Por eso, las legumbres no deberían desaparecer de nuestra dieta veraniega. El problema es que solemos asociarlas solo con platos de cuchara, y por eso, en cuanto suben las temperat

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