Ir a un camping a pasar las vacaciones o, en otros tantos casos, a disfrutar de una escapada de unos pocos días ha pasado de ser una opción elegida por unos cuantos -pero denostada por otros tantos- a erigirse como una alternativa cada vez más atractiva. Siguiendo la tendencia marcada desde hace décadas por otros países europeos como Alemania o Países Bajos, esta opción turística lleva desde el fin de la pandemia viviendo un momento álgido . En un verano en el que los altos precios hoteleros -cada mes la subida de tarifas respecto al dato del año anterior ha rondado el 5 % - se han convertido en un elemento prohibitivo para muchos ciudadanos a la hora de buscar esos descansos, estas estancias cogen mayor fuerza por su "relación calidad-precio".
Es lo que asegura a este diario Pep