Cuando el espíritu misionero se encuentra en la esencia de una persona, la acompaña a lo largo de su vida gracias a la fuerza de voluntad que no descansa.
Así, de una manera férrea Néstor Pizarro siguió el instinto de ayudar a los demás a través de la medicina, una carrera que eligió como noble puente de conexión humana.
Desde su formación en el Colegio Del Salvador donde el misionar se realiza desde la infancia hasta una adolescencia en la que reafirmó la teoría con acciones, es que este aprendizaje se fue forjando cada vez mejor.
En la Universidad Nacional de Córdoba estudió Medicina y realizó su examen como residente en la ciudad de Madrid, España. Descubrir un lugar tan espectacular desde toda perspectiva, maravilló sus ojos y conquistó su corazón desde el momento que llegó a pisar