Dentro de cada uno de nosotros habita un ecosistema invisible y complejo: el microbioma humano, formado por billones de bacterias, virus y hongos que viven principalmente en el intestino.

Durante mucho tiempo se creyó que eran meros acompañantes, pero hoy sabemos que son actores protagonistas de nuestra salud física y mental.

Más que digestión

El microbioma no solo ayuda a descomponer los alimentos. Produce vitaminas, regula la absorción de nutrientes y protege contra patógenos. Pero lo más fascinante es su conexión con el cerebro.

A través del nervio vago y de moléculas químicas, las bacterias intestinales influyen en nuestro estado de ánimo, en el sueño y hasta en la ansiedad y la depresión.

El eje intestino-cerebro

Estudios recientes han mostrado que personas con depresión suelen

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