Hace tres años, a María, de 59 años y vecina de Sanxenxo, le diagnosticaron cáncer de mama. Fueron meses muy duros en los que, como ella misma admite, “no levantaba cabeza”, y sobre los que prefiere no profundizar. Hoy, en cambio, elige quedarse con otro recuerdo –uno que todavía la emociona al otro lado del teléfono–, el día en que volvió a reconocerse frente al espejo tras visitar Memoria de Pez , un estudio de tatuajes y estética de su localidad.
Allí, Jéssica Martínez, Marta Beiro y Leticia Sueiro llevan a cabo, de manera altruista, trabajos de micropigmentación y otras técnicas de belleza para ayudar a mujeres (y hombres) que han pasado por un cáncer de mama. María depositó toda su confianza en las “manos de algodón” de Marta Beiro, quien llevó a cabo un minucioso trabajo con el qu