La Junta de Libertad Condicional de California, en Estados Unidos, negó la salida anticipada de prisión de Erik y Lyle Menéndez, tras 35 años de encierro por el asesinato de sus padres en 1989.

Aunque la defensa insistió en que ambos mostraron avances en su rehabilitación, los comisionados enumeraron una larga lista de violaciones que pesan más que cualquier logro: uso reiterado de teléfonos celulares clandestinos para ver videos, hablar con familiares e incluso consumir pornografía; sanciones por peleas, drogas e introducir encendedores; y, en el caso de Erik, la relación con la pandilla Two Fivers, con la que colaboró en cobros internos para sobrevivir en prisión.

La Junta interpretó estas conductas como egoísmo, falta de disciplina y señales de que siguen siendo un riesgo latente para

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