Detrás de cada punto brillante que vemos en el cielo nocturno se esconde un mundo de extremos que desafía lo que entendemos por tamaño y energía.
Entre esos astros colosales destacan las hipergigantes, estrellas que superan en miles de veces el ancho del Sol y que, a pesar de su rareza, ocupan un lugar fascinante en la astronomía moderna.
Durante siglos, los telescopios y las observaciones desde la Tierra permitieron trazar un mapa estelar dominado por constelaciones familiares. Sin embargo, en las últimas décadas, el desarrollo de instrumentos más potentes y precisos permitió descubrir cuerpos celestes cuya escala supera cualquier comparación intuitiva.
El caso de la estrella UY Scuti, considerada por mucho tiempo la estrella más grande conocida, y el de sus competidoras V