El Girona ha comenzado la temporada de la peor manera posible. A las dos derrotas en las dos primeras jornadas, 1-3 en Montilivi ante el Rayo Vallecano y 5-0 en el La Ceramica ante un sorprendente Villareal, se suma la creciente sensación de inestabilidad en un vestuario que todavía no está definido a pocos días del cierre del mercado.
El equipo de Míchel Sánchez quedó sentenciado en ambas citas antes del descanso. Frente al Rayo , los rojiblancos encajaron tres tantos en la primera parte; en La Cerámica, el marcador ya reflejaba un 4-0 en el minuto 28. La fragilidad defensiva y los errores colectivos han puesto en evidencia a un conjunto que terminó la pasada campaña sufriendo por la permanencia y que en este arranque transmite todavía peores sensaciones.
Demasiado ruido” Míche