La Cordillera de los Andes no siempre fue el paisaje turístico que hoy se admira desde la ventanilla de un micro o el asiento de un auto. En el siglo XVIII, atravesarla era una aventura peligrosa, marcada por la nieve, las tormentas y la soledad. Para hacer posible el cruce en condiciones extremas, Don Ambrosio O’Higgins —padre del libertador chileno— con autorización del rey de España, ordenó la construcción de una serie de refugios de piedra a lo largo del Paso de la Cumbre, en plena cordillera nevada.
Una de las construcciones mencionadas en "Las casuchas del rey", el libro de Eudeba que acaba de presentarse. Gentileza
Aquellas construcciones, levantadas a partir de 1765, fueron conocidas como “Las casuchas del rey”. Eran modestas en apariencia, pero fundamentales: perm