Las organizaciones criminales han comenzado a migrar hacia el megapuerto de Chancay, considerado el "hub logístico más importante del Pacífico Sur". Este nuevo centro de atención ha atraído a diversas bandas que colaboran con internos del penal de Huaral, permitiéndoles extorsionar desde prisión.

El fiscal especializado en crimen organizado, José Silva Vidal, ha señalado que la presencia de estas bandas ha aumentado en las ciudades de Huaral, Huacho y Barranca desde la inauguración del megapuerto. En una entrevista, Silva Vidal mencionó que en mayo se detuvo a una organización conocida como "Los Espectros de Aucllama", que facilitaba internet a los internos del penal de Huaral.

"Se dedicaban a hurtar energía electromagnética y señales de internet mediante antenas especiales, transmitiéndolas al centro penitenciario", explicó el fiscal. Esta operación permitía a los internos comunicarse y realizar acciones de extorsión a través de WhatsApp.

Además, Silva Vidal indicó que los delincuentes que amenazan a los vecinos de Huaral, Huacho y Barranca provienen de diversas regiones del Perú, atraídos por las oportunidades de lucro que ofrece el megapuerto. "Hay organizaciones criminales que se han trasladado desde el Callao, Trujillo y Lambayeque hacia Chancay para llevar a cabo actividades ilícitas", afirmó.

La extorsión ha aumentado en el Norte Chico, especialmente tras la apertura del megapuerto. La modalidad del 'gota a gota' se ha convertido en una de las principales amenazas para los ciudadanos. "Las bandas se dedican a prestar dinero a comerciantes y empresarios, imponiendo intereses altísimos y creando nuevos conceptos de deuda que resultan impagables", advirtió Silva Vidal.

La extorsión también ha afectado a los trabajadores del sector de transporte urbano en la zona. A pesar de que algunos delincuentes han sido capturados, las organizaciones criminales continúan amenazando la seguridad de los residentes.