Mientras en Colombia solo el 31 % de los jóvenes rurales culmina la educación media, lo que significa que cerca de 7 de cada 10 no alcanza este nivel, según el Ministerio de Educación Nacional, la Fundación Fe y Alegría se posiciona como un actor clave en la lucha contra la desigualdad educativa. Con más de un millón de personas impactadas en su historia, la organización no solo exhibe resultados concretos en pruebas Saber 11 y permanencia escolar, sino que plantea su gran desafío para 2025: ampliar cobertura en la ruralidad dispersa, donde la mayoría de los niños y niñas aún están por fuera del sistema.
El director nacional de Fe y Alegría, padre Juan Manuel Montoya Parra, S.J., subrayó que el gran reto de la Fundación está en el campo colombiano: “Tenemos un sueño y es tener mucha más