Los pasillos de la Universidad de Los Andes, del Núcleo Universitario Rafael Rangel (ULA-NURR), ubicado en Trujillo, están casi vacíos. La vibra estudiantil que existía hasta el año 2015 ya no está, así como tampoco está el comedor, ni el cafetín, ni el transporte. Lo que hay en su lugar son estructuras deterioradas y autobuses fuera de servicio que enmarcan la entrada hacia una casa de estudios que, a primera impresión, parece abandonada.
Alrededor de 2.000 estudiantes inscritos, más de 100 profesores trabajando y un único autobús en funcionamiento, son datos que desde la coordinación académica del Núcleo Universitario Rafael Rangel se muestran como un avance respecto a años anteriores. Sin embargo, la cifra de inscritos para estudiar está muy lejos de los 6.000 estudiantes que hacían v