Durante décadas, los proyectos de búsqueda de inteligencia extraterrestre (SETI) han rastreado el cosmos en busca de señales tecnológicas. Detrás de esa tarea está la gran pregunta que científicos de todo el mundo se toman con rigor: ¿estamos solos en el universo?

Ahora, un estudio de la Universidad Estatal de Pensilvania y del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA propone un giro: observar primero nuestras propias transmisiones.

En concreto, analizando cómo nos comunicamos con sondas y róveres, los científicos creen haber encontrado patrones que podrían transformar la búsqueda de civilizaciones alienígenas.

El equipo, liderado por el astrónomo Pinchen Fan, revisó dos décadas de registros de la Red Espacial Profunda (DSN) de la NASA , infraestructura que conecta la T

See Full Page