Además de impactar la salud de las personas, estas pruebas han tenido importantes consecuencias medioambientales. Entre 1946 y 1958, EE.UU. realizó 67 pruebas nucleares conocidas en las Islas Marshall, que tuvieron un rendimiento explosivo total equivalente a 7.232 bombas de Hiroshima.
Al crecer en Salt Lake City, Utah, en las décadas de 1950 y 1960, Mary Dickson estuvo entre los millones de escolares estadounidenses a quienes se les enseñó a “agacharse y cubrirse” en caso de una guerra nuclear.
En ese momento, Dickson no sabía que se estaban detonando armas nucleares en el estado vecino de Nevada mientras EE.UU. probaba su nuevo arsenal. Ella vivía a sotavento, en la dirección en que viajaba gran parte de la lluvia radiactiva de las pruebas atmosféricas.
Asegura que ha sufrido de cánce