Isabel Pisano falleció ayer, a los 81 años, en una residencia geriátrica de Madrid sin recordar la mayor parte de su vida. Al final no ha tenido la última palabra, pero queda su trabajo, tan dilatado como controvertido. Nunca se quedó en medias tintas. Fue actriz, corresponsal de guerra, periodista de investigación y novelista, con relaciones sentimentales sonadas –fue pareja durante un año de Yasir Arafat y aprovechó la experiencia para escribir un libro–, sin perder un ápice de energía ni de motivación. El motor de la vida de Pisano era «la búsqueda de la verdad del mundo y de mí misma».

Como reportera fue una profesional muy cotizada por medios como la 'RAI', 'El Mundo', 'The Guardian', 'Il Giornale', 'Marie Claire' y 'Oggi'. En España hizo méritos para ser condecorada por el Ministeri

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