El PJ cordobés no es un partido: es una maquinaria. Una de esas que nunca deja de girar, aunque cambie el aceite, los engranajes o incluso el maquinista. Nació al calor de José Manuel de la Sota, el alumno aplicado que aprendió de Angelóz que al poder no se lo suelta: se lo administra . Hoy, con Martín Llaryora en la cabina, esa máquina vuelve a recalibrar relojes, ajustar tuercas y buscar combustible en territorios impensados.

Hoy, en el Quórum, más de 100 dirigentes "opositores", mayoría de intendentes, aplaudió a rabiar a un candidato y exgobernador con el que disputaron poder hacer menos de 24 meses. Juan Schiaretti, Carolina Basualdo o Miguel Siciliano nunca imaginaron estar en frente de una audiencia tan contraria, pero que se peleaban para estar en una foto con ellos.

"Ojo, es

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