Un estudio confirma que la exposición continua a contaminantes atmosféricos reduce la memoria, ralentiza el pensamiento y altera la estructura cerebral con los años.La exposición prolongada a contaminantes atmosféricos como el dióxido de nitrógeno y las partículas en suspensión no solo afecta a la salud física sino que puede ralentizar el procesamiento mental, deteriorar la memoria y provocar cambios en la estructura del cerebro en la vejez acelerando el deterioro cognitivo.

Así lo pone de manifiesto un estudio internacional que ha sido publicado recientemente por la revista 'The Lancet Healthy Longevity' y en el que ha participado Jorge Arias de la Torre, investigador de la universidad española de León (ULe) y profesor en el King's College de Londres, que forma parte del equipo que ha es

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