En un mundo donde el ritmo cotidiano exige momentos de relajación, la costumbre de darse una ducha cálida sigue siendo un ritual valorado por millones de personas. El agua caliente , presente desde tiempos ancestrales en prácticas como el temazcal mesoamericano y las aguas termales asiáticas, es símbolo tanto de bienestar como de placer .

Sin embargo, aunque bañarse bajo un chorro cálido puede resultar reconfortante y terapéutico en muchos aspectos, esta rutina familiar presenta también una serie de riesgos para la salud que no siempre se toman en cuenta. De acuerdo con información de UNAM Global , conocer los límites y precauciones de esta práctica resulta esencial para evitar complicaciones.

Una de las virtudes principales de bañarse con agua caliente es el

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