Hazle caso a tu plan de alimentación, no se trata de obsesionarse, sino de comer estratégicamente para rendir mejor.

Después de meses levantándote al amanecer, negándote al pastor y corriendo bajo el sol como si tu vida dependiera de ello… ¿vas a dejar que un desayuno mal planeado sabotee tu maratón? No lo creo. Porque sí, comer mal —o en el peor momento— puede convertir tus 42 kilómetros de gloria en un desfile intestinal del horror.

Por eso, si ya invertiste tiempo, sudor y ampollas, es momento de poner atención a lo que te llevas a la boca antes y después del gran día. Por ello, Kim Lowry, nutrióloga del Hospital Houston Methodist y maratonista por convicción, explica cómo resolver esa pregunta que pocos corredores se atreven a responder en voz alta: ¿qué comer para llegar vivo (y ent

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