Ya sabía Carlos Alcaraz que jugar contra Reilly Opelka era como ir a la guerra. Un tipo gigante, pelo largo despeinado, una barba poblada, con pintas de jugador de hombre de las caverans... sus saques son bombardeos; sus derechas, flechas de gran precisión . Lo que también sabía Carlos era que si existe alguien capacitado para ir al combate es precisamente el murciano, que recordó a Flushing Meadows por qué será el tenista a batir este US Open en su intento de recuperar la corona del tenis mundial. (6-4, 7-5, 6-4)
Seguramente sabedor de que en esta noche neoyorquina se metía de cabeza en una auténtica batalla, Carlos Alcaraz decidió prepararse con garantías . Y lo hizo, como suele hacer, a su manera; consideró echar mano a la maquinilla para estrenar en la Gran Manzana un