NUEVA YORK (AP) — El primer día de rodaje de "Frankenstein", Guillermo del Toro mostró un dibujo de la criatura que había hecho cuando era adolescente.

"Él dijo: 'Esto es como Jesús para mí'", recuerda Oscar Isaac.

Para el cineasta nacido en México, la novela gótica de Mary Shelley de 1881 y la película de 1931 con Boris Karloff son dos obras esenciales personales: el origen de un afecto de toda la vida por los monstruos que del Toro ha traído a la vida desde entonces, en montones de bocetos y en una filmografía llena de ellos. Para un niño incomprendido que creció en una familia católica devota, la criatura de Frankenstein, no amada por su creador, pero dotada por Karloff de empatía y fragilidad, abrió algo en su interior.

"Sentí que estaba naciendo en un mundo implacable, donde o eras

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