"Me siento desmoralizado, si sigo así me volveré loco" , escribía Miguel de Molina desde el hotel Álvarez de Cáceres, allá por 1940. Era uno de los muchos mensajes que dejó durante aquel destierro silencioso que lo obligó a vivir apartado del escenario y del mar, bajo la atenta mirada del régimen franquista.
De la infancia pobre al descubrimiento del arte
Miguel Frías Montañés, más tarde conocido como Miguel de Molina , había nacido en Málaga en 1908, en una familia humilde que apenas podía subsistir. Abandonó pronto la escuela para ayudar a su madre y sus hermanas, hasta que un telegrama le abrió las puertas de la poesía: en la casa de Salvador Rueda leyó por primera vez versos de Federico García Lorca , el hombre que marcaría su vida y su arte.
Con apenas 13 años, el pequeño Migu