
LONDRES (AP) — Nigel Farage, el líder del partido británico de ultraderecha Reform UK, afirmó el martes que, si gana las próximas elecciones, abandonará el Convenio Europeo de Derechos Humanos (CEDH) y detendrá y deportará de inmediato a cualquier persona que llegue al país ilegalmente, incluidos los niños.
Farage expuso sus planes para abordar la inmigración ilegal tras un importante aumento en el número de migrantes que llegan en botes a través del Canal de la Mancha, y de semanas de protestas por el uso de hoteles por parte del gobierno para alojar a solicitantes de asilo.
“Si vienes a Reino Unido ilegalmente, serás detenido y deportado y nunca, jamás se te permitirá quedarte, punto”, dijo Farage en una conferencia de prensa.
“El estado de ánimo en el país respecto a este tema es una mezcla de desesperación total y creciente enojo”, agregó, afirmando que ahora existe “una amenaza genuina al orden público” si no se actúa.
Dijo que el tema de “cómo lidiamos con los niños es mucho más complicado”, pero añadió que “Mujeres y niños, todos serán detenidos al llegar”.
A pesar de tener solo cuatro de los 650 escaños en la Cámara de los Comunes, el partido de Farage ha ganado impulso aprovechándose de la frustración pública por la incapacidad de los sucesivos gobiernos para reducir el número de migrantes que llegan en bote. Las encuestas nacionales indican que el apoyo a Reform iguala o supera al del gobernante Partido Laborista y los Conservadores.
Farage, quien durante mucho tiempo ha buscado vincular problemas como la atención médica pública y la vivienda con la llegada de migrantes, reiteró su postura de que Reino Unido está siendo “invadido”. Dijo que introduciría políticas para deportar en masa a cientos de miles de personas durante los primeros cinco años de su gobierno.
Reform abandonará el CEDH y derogará o “desaplicará” todos los demás tratados de derechos para prohibir todas las solicitudes de asilo y asegurar que los migrantes que lleguen sin autorización sean deportados, añadió. Aumentará la capacidad de las instalaciones de detención y establecerá acuerdos con países como Afganistán, Eritrea e Irán para devolver a los migrantes.
Cuando se le preguntó sobre la posibilidad de que los solicitantes de asilo sean torturados o asesinados si son enviados de regreso a los países de los que huyeron, Farage dijo: “La alternativa es no hacer nada... No podemos ser responsables de todos los pecados que ocurren en el mundo”.
Casi 29.000 personas han cruzado el Canal de la Mancha en bote en lo que va de 2025, un aumento de aproximadamente el 50% respecto al mismo período del año pasado. El lunes, 659 migrantes llegaron a Reino Unido en bote.
Un número mucho mayor de personas —más de 111.000— habían solicitado asilo en Reino Unido hasta junio, según cifras oficiales.
Los planes de deportación de Reform reflejan severas políticas de migración similares a las de Alemania, que deportó a decenas de hombres afganos a su país el mes pasado.
El primer ministro británico, Keir Starmer, ha abandonado el plan insignia de la administración conservadora de enviar a Ruanda a los migrantes que llegaron sin autorización. En su lugar, ha depositado sus esperanzas en un acuerdo alcanzado con Francia el mes pasado para enviar de vuelta a ese país a algunos migrantes que cruzan el Canal de la Mancha en botes inflables.
Funcionarios del Reino Unido han sugerido que el plan de “uno entra, uno sale” es un gran avance, a pesar de que en el programa inicial solio se trasladó a un número limitado de personas.
El gobierno también busca acelerar el procesamiento de las solicitudes de asilo. Las autoridades han alojado a decenas de miles de migrantes que esperan el resultado de su solicitud en hoteles a expensas del público, una política controvertida que ha estado latente durante mucho tiempo pero que ha desencadenado protestas en las últimas semanas debido a que un residente de un hotel supuestamente intentara besar a una niña de 14 años y fuera acusado de agresión sexual. El hombre ha negado la acusación.
Han estallado manifestaciones antiinmigrantes, así como contraprotestas, después de que las autoridades locales obtuvieran una orden judicial temporal la semana pasada para cerrar el Bell Hotel en Epping, en las afueras de Londres.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.