Hans-Dieter Flick era consciente del problema que el Barça tendría por culpa de la salida de Íñigo Martínez. Intentó retenerlo en la plantilla, pero fue imposible, ya que era un sacrificio necesario para poder solucionar el problema con las inscripciones. Así que no tuvo más remedio que aceptar su despedida, para que se comprometiera con el Al-Nassr de Arabia Saudí, una oferta que el crack vasco no pudo rechazar, ya que era económicamente impresionante.

Desde que Joan Laporta y Deco comunicaron al técnico alemán que el experimentado central no seguiría en el Camp Nou, comenzó a trabajar en encontrar a un sucesor de garantías. La idea de fichar estaba totalmente descartada, por el poco presupuesto que existe, y recurrió a las piezas que ya tenía a su disposición. Y, por ahora, su apu

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