El reciente clásico entre Universitario de Deportes y Alianza Lima, disputado en el Estadio Monumental, terminó en un empate sin goles, pero dejó un rastro de controversias que aún resuenan en el fútbol peruano. La atención se centró en una jugada clave: la falta de Edison Flores sobre Fernando Gaibor, que solo fue sancionada con tarjeta amarilla. El exárbitro Winston Reátegui analizó la situación y consideró que la decisión del árbitro, Jordi Espinoza, fue errónea.
Reátegui argumentó que la acción de Flores merecía una tarjeta roja, señalando que "tiene todas las condiciones: fuerza excesiva, dónde pega, con qué pega, zona blanda". Además, destacó que la ubicación del árbitro no garantizó una correcta evaluación de la jugada. "Puede estar cerca, pero no bien posicionado", afirmó, subrayando un problema recurrente en la labor arbitral.
El exárbitro también criticó la falta de intervención del VAR, indicando que "debió convocarlo al medio de las condiciones que se establecen". Esta falta de acción del videoarbitraje podría haber cambiado el rumbo del partido, que estuvo marcado por la tensión y las expulsiones de dos jugadores de Alianza: Kevin Quevedo y Renzo Garcés.
A pesar de tener superioridad numérica, Universitario no logró capitalizar la ventaja, lo que generó descontento entre los jugadores y la afición. La falta de Flores se ha convertido en uno de los temas más discutidos del clásico, evidenciando las deficiencias en la aplicación del reglamento y el uso del VAR en el fútbol peruano.
Por otro lado, el periodista Pedro García también se pronunció sobre el encuentro, describiéndolo como "el peor clásico de los últimos años" y comparándolo con un "tacu tacu frío de hace dos días". García expresó su decepción por la falta de espectáculo, a pesar de las altas expectativas previas al partido.
El periodista criticó la actitud de Alianza Lima y la ineficiencia de Universitario para generar oportunidades de gol. Además, se refirió a la polémica entre Hernán Barcos y Alex Valera, sugiriendo que la discusión no debió continuar, dado el nivel de experiencia de Barcos en el fútbol.
Así, el clásico no solo dejó un empate sin goles, sino también un mar de críticas hacia el arbitraje y el rendimiento de ambos equipos, lo que ha alimentado el debate en el ámbito futbolístico.