Septiembre siempre ha sido, para mí, el mes de los nuevos comienzos. Vuelven las rutinas, los horarios y los proyectos… pero también es ese momento en el que me miro al espejo y pienso: “mi melena necesita cuidados urgentes”. Y no me extraña, el verano deja recuerdos preciosos, pero también secuelas visibles en el cabello.
El sol intenso, el cloro de la piscina, el salitre del mar y hasta la humedad alteran la fibra capilar, la resecan, la vuelven más frágil y hacen que el pelo pierda esa luminosidad y densidad natural que tanto nos gusta. ¿El resultado? Una melena apagada, sin volumen y con las puntas pidiendo un corte inmediato.
Como experta en belleza, y también como mujer que cuida con esmero su melena, sé que la clave está en iniciar una auténtica “operación rescate capilar”. Y lo m