La investigación por el escándalo del fentanilo contaminado, que ya dejó casi 90 muertes, sumó un capítulo clave con la declaración de Ariel García Furfaro, dueño del laboratorio implicado en la tragedia. Ante el juez federal Ernesto Kreplak, el empresario detenido insistió en la hipótesis del sabotaje y negó de plano que el problema haya surgido por negligencia de sus empleados o fallas en las instalaciones.
Furfaro apuntó directamente a un viejo socio político y exdiputado provincial vinculado con el kirchnerismo, Andrés Quinteros, a quien acusó de estar detrás de la maniobra con el medicamento , siguiendo la línea de su discurso de la semana pasada en TN frente a una madre de una víctima. Según el empresario, la relación personal y profesional se quebró en malos términos y, desde