Cada año, entre julio y octubre el Pacífico colombiano se convierte en un refugio para las ballenas jorobadas (Megaptera novaeangliae) , las cuales recorren más de 8.000 km desde la Antártida, en donde tienen su fuente de alimentación, por eso su travesía la hacen en ayuno. En el golfo de Tribugá estas gigantes del Océano se aparean, tienen sus partos y empiezan a enseñarles a sus ballenatos lo que requieren para la ruta migratoria.

“Esta condición hace que el respeto por su tranquilidad sea decisivo para garantizar el buen desarrollo de las actividades que realizan aquí”, menciona la profesora Clara Inés Villegas Palacio, del Departamento de Geociencias y Medio Ambiente de la Facultad de Minas de la UNAL Sede Medellín.

En ese sentido, investigadores de la UNAL, a través del Centro

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