El 27 de agosto de 2015, 71 refugiados son hallados muertos por asfixia en el interior de un camión frigorífico abandonado en una autopista del este de Austria, cerca de la frontera con Hungría. Europa se estremece ante una de las tragedias más crudas de la crisis migratoria. Entre las víctimas se encuentran ocho mujeres y cuatro niños, todos ellos atrapados en condiciones inhumanas mientras intentaban alcanzar un futuro mejor en el continente europeo. El hallazgo, realizado en Parndorf, evidenció el grado de desesperación de quienes huyen de conflictos y pobreza, y puso de relieve la brutalidad de las redes de tráfico de personas que operan en la región.

La investigación posterior llevó a la detención de varios implicados en Hungría, y en 2018, un tribunal húngaro condenó a 25 años de

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