La Barraca d’Aigües Vives ha comenzado la instalación seis cámaras nuevas de vigilancia para el control del tráfico y para evitar actos incívicos. La llegada de estos dispositivos supone un paso adelante para desbloquear proyectos municipales como las obras de la isla de contenedores en el camino hacia la Solana, así como una nueva isla en la partida del Carrascal, ya que estos espacios «no podían funcionar sin videovigilancia».
El proyecto está financiado gracias al Plan de Inversiones 22-23 de la Diputació de València, con un coste de unos 45.000 euros. Los vecinos de esta entidad local menor ya criticaron hace ocho meses la demora en la instalación de estas cámaras. «Se trata de un material técnico profesional y los trámites para conseguir este tipo de dispositivos y los permi