Francia enfrenta una tormenta perfecta de crisis política y presión financiera que podría desembocar en una situación inédita: solicitar un rescate al Fondo Monetario Internacional (FMI). El ministro de Finanzas, Eric Lombard, advirtió que pedir ayuda al organismo “es un riesgo que está delante de nosotros”. La declaración llega en un momento crítico. Los costes de endeudamiento a largo plazo alcanzaron niveles no vistos desde 2011 , con el rendimiento de los bonos a 30 años en 4,42 %, mientras la deuda pública se acerca al 116 % del PIB, equivalente a 3,3 billones de euros.
“Es un riesgo que quisiéramos evitar y que debemos evitar, pero no puedo decir que no exista”, admitió Lombard, abriendo la puerta a un escenario impensado en la segunda mayor economía de la eurozona.
La tensión