Este sábado se registró el deceso de una de las perezas que habitan la plaza Bolívar de Tucupita.

Mamífero que residió las 24 horas del día, durante tres décadas en la cuadrícula de mayor relevancia del municipio, era su propietario de juris y hecho.

Si alguien compitió con ella en cuanto a derechos adquiridos, fue la Maestra Leónides Navarro, quien también moró por años, hasta que falleciera, en la casa del Libertador.

Inerte en uno de los pasillos, el folívoro (que come hojas) de dos dedos -las hay de tres-, dejará de ser la curiosidad más atrayente del espacio citadino.

A contracorriente de lo que se pensó, sobre que, el impacto al caer pudo ocasionar su final, es menester señalar que la corporeidad dura y seca de estos animales, envuelta en una pelambre rica en microorganismos, est

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