Para cualquiera resulta incomprensible el concepto de cooperación en el combate a los cárteles de la droga y el crimen organizado en México dictado y ejecutado aquí por los Estados Unidos.
La presidencia mexicana ha puesto de manera alegre y gozosa el caso de Don Mayo Zambada como ejemplo de colaboración binacional enmarcada en el respeto absoluto de la soberanía nacional, cuando es el peor de los ejemplos en esta materia si se considera el secuestro planeado en los Estados Unidos y ejecutado en territorio mexicano por misteriosos agentes de la DEA y otras agencias americanas aún por descubrir.
México ha hecho el, más triste de los ridículos en su reiterada y nunca atendida exigencia de información (siquiera información, por favorcito), sobre cómo el Mayo apareció en los Estados Unidos t