Pocos animales despiertan tanta ternura como el oso panda gigante. Originario del suroeste de China posee un andar torpe, pelaje blanco y negro que hacen que todos lo asocien con paz, inocencia y cariño. Sin embargo, detrás de esa imagen adorable se esconde una de las estrategias diplomáticas más ingeniosas del mundo moderno.

La política del panda, también conocida como diplomacia del panda . Esta práctica tiene siglos de historia, pero fue en el siglo XX cuando China decidió usar al oso panda como un embajador viviente. En plena Guerra Fría, cuando los bloques de poder estaban claramente divididos, China encontró en el panda un puente inesperado de diplomacia y un lucrativo negocio.

La diplomacia del panda se refiere a la práctica del gobierno chino de regalar o pres

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