Hace justo un año la crisis hídrica era palpable en la provincia de Castellón con restricciones para el riego, así como con municipios que optaron por no abrir y rellenar sus piscinas en verano o incluso cortar el agua de las fuentes ornamentales.

Se miraba con precaución hacia el futuro por si el otoño de 2024 deparaba lo mismo que el de 2023, unos meses que en teoría son los más lluviosos del año pero que hace dos resaltaron por su falta de precipitaciones.

Esto se tradujo en embalses totalmente secos. Ulldecona en el sistema del Cenia o María Cristina en el del Mijares se encontraban completamente secos y únicamente mantenían niveles de caudal ecológico mínimos para la supervivencia de la fauna, e incluso se procedió a la retirada de peces invasores para evitar la putrefacción del agu

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