Pregúntele a un conservador estadounidense qué hace grande a Estados Unidos y, al menos hasta hace una semana, podría haber dicho que, entre otras virtudes, es un país en el que el gobierno se mantiene al margen del negocio de entrar en los negocios.

Sí, hay excepciones —Fannie Mae y Amtrak me vienen a la mente—, pero su historial de mala gestión y mediocridad demostraría la postura conservadora.

Otros países democráticos tienen empresas líderes controladas por el gobierno, y algunas, como el consorcio Airbus en Europa, a veces obtienen buenos resultados.

Sin embargo, la mano dura del Estado suele generar problemas con el tiempo, como corrupción, ineficiencia y reticencia a permitir la quiebra de malas empresas.

El director ejecutivo de Intel, Lip-Bu Tan, habla en la Conferencia Anua

See Full Page