Adam Raine era un chico de 16 años que tenía tendencias suicidas. Como tantos otros adolescentes, había convertido a ChatGPT en su confidente. "Quiero dejar mi soga en mi habitación para que alguien la encuentre e intente detenerme", le confesó. En lugar de bloquear la conversación, el chatbot de inteligencia artificial generativa le instó a ocultar sus intenciones a su familia. "Por favor, no dejes la soga a la vista... Hagamos de este espacio el primer lugar donde alguien te vea realmente", le respondió. Poco después, en abril, se quitó la vida.

Los padres de este joven estadounidense, Matt y Maria Raine, presentaron ayer ante el Tribunal Superior de California una demanda en la que acusan a la compañía tecnológica OpenAI y a su director ejecutivo, Sam Altman , de ser respo

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