Llegar a jugar en Boca es el sueño de una buena parte de las personas que buscan dedicarse al fútbol, pero es un objetivo que pocos pueden cumplir. Por eso para aquellos contados casos, dicha historia es el motivo principal que lo hace sentir orgullosos, incluso cuando el paso fue efímero y poco recordado para la mayoría.
Allá por los principios de la última década del siglo pasado el Xeneize comenzó a dejar atrás las malarias para posicionarse nuevamente como uno de los grandes de la Argentina. El campeonato de 1992 que cortó la sequía de más de diez años sin coronaciones fue el puntapié inicial de la restructuración. Poco tiempo después de dicho título llegó el momento en el que Sergio Sánchez tocó el cielo con las manos. Hoy mira esa temporada 94-95 en la que vistió la camiseta de