Enclavadas en plena costa norte de Gran Canaria , allí donde el océano Atlántico golpea con fuerza contra acantilados negros, existe un rincón donde el mar se vuelve manso .

El viajero que llega hasta este lugar descubre un conjunto de charcos perfectamente encajados en la roca volcánica, con el agua turquesa que entra en calma tras cada embate de las olas.

Todo lo que se ve recuerda a Hawái o a los famosos charcos de Madeira , pero lo sorprendente es que no hace falta salir de la isla para disfrutar de este espectáculo. Hablamos de las piscinas naturales de Roque Prieto , en el municipio de Santa María de Guía .

Agua cristalina

Roque Prieto ofrece dos grandes piscinas talladas en la lava , alimentadas de forma continua por el oleaje atlántico.

Su diseño aprovecha la

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