Edilberto Rodríguez es pastor desde los 20 años. Toda la vida estuvo rodeado de cabras y un día decidió ponerse al frente de un gran rebaño de 200 cabezas. Ocho años después, este joven de Pombriego, un pequeño pueblo de La Cabrera, se vio rodeado por las llamas y se quedó sin corral y sin pastos para sus cabras por culpa del incendio de Llamas de la Cabrera. «Primero vimos el fuego que prendieron en Yeres y luego cayó el rayo en Llamas. Al final estábamos rodeados», relata un cabrero que primero salvó a sus cabras de la quema con un puñado de azadas y motosierras, «haciendo lo que otros deberían hacer», cortafuegos; y luego lideró la hacendera que salvó al pueblo. Sus cabras siguen hoy con vida gracias a que él «y gente de la familia, amigos» limpiaron toda la maleza de los caminos que ro

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