El independentismo más ortodoxo nunca defrauda. Siempre está ahí para dar un toque loco al paisaje, ese punto extravagante y a veces incómodo porque uno ya no sabe si Lluís Llach y compañía se humillan por gusto o por costumbre.
Esos días en los que la actualidad no resulta ni trepidante ni convulsa, días de pocas noticias o de noticias de menor enjundia, el independentismo sale al rescate con alguna ilustrativa anécdota.
Este jueves, por ejemplo, que se anuncian chuzos de punta, cuenta Crónica Global que "Sílvia Orriols 'ficha' al polémico Toni Albà para la Diada y se mofa del Gobierno de Aragón".
Lo de Silvia Orriols está resultando ser un experimento político la mar de curioso, independentismo a calzón quitado, independentismo pata negra. Sin concesiones, sin complejos, sin