Valsendero , un pequeño enclave rural del municipio de Valleseco (Gran Canaria) , siempre fue un lugar tranquilo. Entre montañas y senderos verdes, vivir aquí, alejado del bullicio urbano, era sinónimo de paz y conexión con la naturaleza. Sus vecinos, muchos de ellos octogenarios, disfrutaban de una vida comunitaria marcada por la calma y el arraigo. “Aquí nos conocemos todos, y todos los vecinos eran buenas personas… hasta ahora”, cuenta un residente. Pero esa armonía se ha roto . Hoy, los habitantes aseguran vivir en un auténtico infierno provocado por los continuos episodios violentos y vandálicos de un vecino conflictivo que ha instalado el miedo en cada rincón del barrio.
Pintadas que anuncian el terror
El visitante percibe la tensión nada más llegar. En la curva de entrada al